Santo Domingo (República Dominicana).– El Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX) celebró la séptima edición del Premio al Emigrante Dominicano Sr. Oscar de la Renta, reconociendo este año la trayectoria de Augusto Taveras, líder comunitario y fundador de la Fundación Rancheros Unidos, con sede en Nueva York.

Taveras, quien emigró a Estados Unidos en 1971, ha dedicado más de cinco décadas a mejorar la calidad de vida de las familias rurales de su comunidad natal, Los Ranchos de Babosico, en Santiago de los Caballeros.

A través de su fundación, ha impulsado la construcción y donación de más de 500 viviendas equipadas, además de centros educativos, deportivos y de salud.

Su compromiso social también se extiende al ámbito académico, mediante becas y programas de asistencia médica para personas de escasos recursos.

El acto de premiación fue presidido por la vicepresidenta Raquel Peña, junto al canciller Roberto Álvarez, quien destacó que “la protección y el reconocimiento de los dominicanos en el exterior constituyen un eje esencial de la política exterior del país”.

“El Premio al Emigrante Dominicano Sr. Oscar de la Renta refleja el orgullo que sentimos por nuestros compatriotas que, desde distintos rincones del mundo, contribuyen al desarrollo de sus comunidades y al prestigio de la República Dominicana”, afirmó Álvarez durante su intervención.

Más reconocidos

Además de Taveras, fueron distinguidos Milly Feliz, Alec Subero, Lucy Suazo, Juan Martínez De Los Santos, Rafael Pichardo, Sofía Lachapelle, Juan Antonio Young Carrasco, Mario García y María Consuelo Jiménez Hernández De García, dominicanos residentes en Canadá, Nueva York, Miami, España y Escocia,  respectivamente.

Ellos fueron reconocidos por sus aportes en áreas como la psicología, la medicina, la educación, la informática y el liderazgo comunitario.

Creado por el MIREX, el Premio al Emigrante Dominicano Sr. Oscar de la Renta honra a los dominicanos que, con su trabajo, generosidad y talento, proyectan una imagen positiva del país en el mundo y reafirman el valor de la solidaridad como sello distintivo de la diáspora.